
No es que mi vida sentimental sea tan prolija. Ni mucho menos. Pero cada una de mis historias, frívolas en apariencia, crean vínculos emocionales que soy incapaz de dejar a un lado.
Me gusta la idea de amor indeleble. Aunque en La Novela de Genji está muy ligada al honor. Romántico, en cualquier caso. Peor es Don Juan, que enamora, engaña y olvida.
Estoy en el jardín de la duermevela y hay muchas páginas pendientes, pero os animo a leerla si os atrae el mundo asiático. Está cargada de aventura y romance, al mejor estilo de las películas palomiteras de Zhang Yimou, alternados con retazos de cultura e historia japonesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario