
Han pasado mucho tiempo y muchas cosas desde entonces, pero hoy he recordado como si fuera ayer las coca-colas en los jardines del Palacio de la Magdalena, las vueltas de madrugada a las caballerizas y la melancolía de La Buena Vida de fondo.
De eso hace más de diez años. Sólo he vuelto a Santander una vez, embarazada y con marido. La vida que llevo hoy poco espacio deja para la tristeza. No me paro a pensar. Si lo hago, la tristeza vuelve como el recuerdo de aquel verano.
http://www.youtube.com/watch?v=kA2qsYqwqJM