martes, 2 de mayo de 2006

Inflexión

"Así es el hombre. Obra así incluso sabiendo o sintiendo desde el principio, desde el primer instante, que lo que hace es algo fatal. Es como si se mantuviera unido a su destino, como si se llamaran y se crearan mutuamente. No es verdad que la fatalidad llegue ciega a nuestra vida, no. La fatalidad entra por la puerta que nosotros mismos hemos abierto, invitándola a pasar. No existe ningún ser humano lo bastante fuerte e inteligente para evitar mediante palabras o acciones el destino fatal que le deparan las leyes de su propia naturaleza y carácter".
"El secreto y el regalo mayores de la vida es cuando se encuentran dos personas 'semejantes'. Esto ocurre raras veces, como si la naturaleza impidiese tal armonía mediante todas sus fuerzas y tretas, quizá porque para la creación del mundo y la renovación de la vida es necesaria la tensión que se forma entre las personas que no cesan de buscarse, pero que tienen intenciones contrarias y distintos ritmos vitales. Ya sabes, como la corriente alterna..."

Sándor Márai, El último encuentro

1 comentario:

Corso Expresso & Cia dijo...

Muy bonito Ana. Veo que te ha llegado la etapa fatalista en la que bailas en el alambre. Te recomiendo una buena cogorza, ayuda mucho a olvidar...