
Coincido con Sanders en que aquellos días (pues quedan ya lejos) han sido maravillosos (como tú misma dirías). No me he reido tanto en mucho tiempo: durante las dos horas que nos llevó encontrar la parada del bus que nos llevaba a casa (gracias Rafa por perderte); la comida en el Green Man (paradójico teniendo en cuenta el objeto de nuestras risas); y la madrugada en el Meliá Whitehouse junto a un paquete de cookies.
Siempre es buen momento para comenzar de nuevo. Hemos inaugurado el invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario