Mi madre era una mujer hermosa

Saco un montón de papelajos del bolso para intentar montar esta entrada. Son los que con cariño me traje de mi cena de cumpleaños en Gijón. La mesa al lado de la ventana (la niña quería ver el puerto), velas, ilusión y sorpresa. Gran cena de cinco.
Y aquí está parte de nuestra esencia a sus ojos. Siete frases - una para cada una - que nos costó adjudicar e hicieron la noche inolvidable.

* Desde el inicio de los tiempos el hombre se pregunta ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Que hay para cenar? - Woody Allen
* El verdadero valor consiste en saber sufrir - Voltaire
* ¿Tú verdad? No: La verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela - Antonio Machado
* Dos cosas contribuyen a avanzar: Ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino - Descartes
* La voluntad de vencer es la que da la victoria - Julio César
* Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan - Henry Ford
* El agradecimiento es la memoria del corazón - Anónimo

Nochebuena apacible. Ya habíamos sido tres en otra ocasión: mi madre, Chus y yo. Entonces fue él quien vino a cubrir la ausencia de los que se fueron, sólo uno de forma involuntaria.
"Aquel día aprendí algo fundamental - leía esa noche-: Uno sólo puede sentir autocompasión cuando las penas son soportables... Una vez superado ese límite, la única forma de soportar lo insoportable es reírse de ello". Cuando nos quedamos solas, me metí en la cama de mi madre. Ella también es hermosa.