martes, 22 de enero de 2008

Al fin y al cabo

ROXANA: Y hablabais de.. de un...

CYRANO: Beso.
Dulce fuera el vocablo en vuestra boca,
mas no lo pronunciáis. Si os quema el labio,
¿qué no haría la acción? Se generosa,
venced vuestro temor... sin daros cuenta,
ha poco os delizasteis sin zozobra
de la risa al suspiro y del suspiro
al llanto... Deslizaos más ahora
y llegaréis al beso sin notarlo,
pues la distancia entre ambos es tan poca
que un solo escalofrío los separa.

ROXANA: ¡Callad!

CYRANO: Al fin y al cabo, ¿qué es, señora,
un beso? Un juramento hecho de cerca;
un subrayado de color rosa
que al verbo amar añaden; un secreto
que confunde el oído con la boca;
una declaración que se confirma;
una oferta que el labio corrobora;
un instante que tiene algo de eterno
y pasa como abeja rumorosa;
una comunión sellada encima
del cáliz de una flor; sublime forma
de saborear el alma a flor de labio
y aspirar del amor todo el aroma".


Edmond Rostand – Cyrano de Bergerac.

Y ocurrió: en un autobús en el que parecía no haber más viajeros, en un instante que tendrá siempre algo de eterno...

No hay comentarios: