jueves, 24 de agosto de 2006

Nostalgia


Se puede sentir tanta nostalgia por un sitio como para soñar con él. He estado dos veces a los pies de esa torre, y en las dos he sentido que estaba en un lugar totalmente diferente al resto. Me muero de ganas de volver, porque en el fondo Madrid es un vilorrio de ciudades más grandes y bellas. Este pueblo grande me aburre sobremanera, y por cosas raras que haga (muchas más de las que podría nadie pensar) sigue pareciéndome provinciano y caluroso. Nunca he tenido calor en París. La primera vez me fascinó, pero la segunda la recorrí y viví como pocas veces el momento y el lugar. Quiero repetir la experiencia, pero la realidad no me deja y cada vez que veo Barajas me entran ganas de colarme en el primero que vaya para allá. Entonces regreso y veo esta sartén ardiente que todos se empeñan en llamar ciudad no me deja escapar. Algunas sueñan con Gijón, yo sueño con los árboles del otoño, limpios de hojas, que hay a los pies de la torre, y en las avenidas que llevan al Trocadero.

1 comentario:

Menudina dijo...

Es un placer ver, aunque sea en raras ocasiones, el Luis que se esconde detrás del sarcarsmo y la ironía mordaz. Leer algo tan sincero, íntimo y bonito como lo que has escrito. Me has dibujado una sonrisa y despertado mi lado más tierno.
Eres un solete. Lo sé, pero está bien que me lo recuerdes de vez en cuando.