sábado, 7 de febrero de 2009

Buenos días, tristeza

De aquel pasado gijonés, una frase extraida de un libro:
"Dudo al aplicar el nombre bello y grave de tristeza, a ese sentimiento tan desconocido cuya suavidad y fastidio me tienen obsesionada. Es un sentimiento tan completo y tan egoísta que llega a darme vergüenza, mientras la tristeza me ha parecido siempre honrosa". Françoise Sagan, Buenos días, tristeza
Me lo recomendó la madre de Rivitas en una de las meriendas exclusivas en su casa a las que acudía cada martes. Mayte era muy especial, el tipo de madre con la que sueñas cuando eres adolescente. Se adelantaba a nuestras inquietudes juveniles, guiándonos en nuestro idioma. Siempre lo cuento: El primer preservativo que vi en mi vida lo vi en su casa. Lo sacó de su mesita de noche y lo fuimos estirando una por una, mientras nos hablaba de la fiabilidad del método. Me sonrojaba de vuelta a casa, pensando 'si mi madre supiera...'
La película se la debo a Miguelito. Guapísima Jean Seberg en technicolor. En la foto aparece con Françoise Sagan. Hace no mucho leí que estaban haciendo una película sobre su vida

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