Mis dos últimas lecturas me han dado que pensar en lo lejos que quedan ya ciertos miedos. Uno se da cuenta de pronto que la temida estabilidad tiene cosas buenas. Sobre todo, cuando actúas de forma irresponsable aún cerca de la treintena. Y que un embarazo no deseado, o peor el Sida, no forman parte ya de tus preocupaciones. El primero es el eje de la historia de Sam y Alice en Todo por una chica. Me he reconciliado con Nick Hornby y la lectura en castellano. Dejo ya mis infructuosos intentos con el inglés.
Píldoras azules trata del VIH en formato comic desde una perspectiva más adulta. Valvi me lo recomendó en una ocasión fruto de los temores que me despertaba el maldito bicho. Desmonta la falsa cultura popular aceptada en torno a su contagio. Lo he terminado hoy, pero debería haberlo leído hace tiempo.
Me despido. Estoy espesa (como siempre ultimamente). Dejo una canción de Badly Drown Boy, de la banda sonora de Érase una vez un padre, que no About a boy
jueves, 8 de octubre de 2009
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