miércoles, 3 de octubre de 2007

La niña, que se ha enamorado.

Ayer debía de estar torcida cuando dije que la Torre Eiffel había perdido su romanticismo. Hoy la he podido ver a la luz del día mientras paseaba. Imponente, como el Louvre y el resto de edificios a una y otra orilla del Sena. Empezó a llover, anocheció y la ciudad me pareció aún más romántica. Como colofón, una cena en La Tour d'Argent un restaurante mítico con un gran ventanal desde el que veía iluminada Notre-Dame.

Cuando me enamore vuelvo, o vuelvo a enamorarme.

Os dejo un link para que veais el comienzo de Arianne, de Billy Wilder. Creo que ya os conté. Habla de amor y habla de París. Merece la pena.

4 comentarios:

jans dijo...

ya decia yo...ese "barniz"no te hacia justicia...y del blog anterior: todos tenemos nuestra pequeña conciencia capitalista culpable..supongo que en el fondo esta bien porque nos damos cuenta de ello.
besines!

Vic dijo...

Aún me acuerdo de tu primer viaje a Paris...;-)))

habías vuelto?

Besos!!

Menudina dijo...

No. Tanto Londres, tanto Londres. De ahora en adelante, viva la france :-)

Yo también me acuerdo de aquel primer viaje y del regreso...

Madre mía, ¡qué viejos somos!

Vic dijo...

Yo me acuerdo hasta del regalo...

;-))

besos!!